jueves, 14 de junio de 2007

Los acontecimientos que están sucediendo en Palestina, donde comienza de nuevo una cruenta guerra civil, causan desazón entre todos los que queremos que esa sagrada tierra viva en paz para siempre.




Desde que las Naciones Unidas forzaron la creación del Estado de Israel, allá por los años 40 del siglo pasado, no ha cesado el pueblo palestino de defender su tierra. Vieron ocupados sus territorios por un Estado nuevo, por pobladores nuevos que venían de todas las partes del mundo. Judíos de todos los países, Judíos que sufrieron la guerra mundial y el acoso nazi. Ese mismo acoso que ahora los Judíos están aplicando a los palestinos.

El pueblo árabe, en su conjunto, se siente humillado y agraviado de esta ocupación y luchan contra el Estado Israelí.

Los más grave de todo es que, lejos de intentar explorar las distintas vías de arreglo de esta situación, ahora los Palestinos se matan entre ellos. Es un pueblo que parece que sufre una maldición divina.

Desde aquí queremos desear lo mejor para el pueblo palestino, que alcancen al fin la paz que merecen.