domingo, 17 de febrero de 2008

EL PP MINTIO EL 11-M


Los votos delegados

Juan Pedro Crisol / Secretario Libertades Públicas Ejecutiva Local PSOE-A De Jerez
Diario de Jerez

"No me callo y os pido que vosotros tampoco os calléis". Con esta rotunda frase, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, llamaba esta semana a la ciudadanía en general a pronunciarse contra la derecha ante el hartazgo que determinados mensajes radicales y catastrofistas del PP están causando entre la sociedad civil de este país.

Se trata de un mensaje directo y sincero, valiente y sensato; un alegato contra quienes han practicado durante estos últimos cuatro años discursos sectarios, homófobos, machistas, xenófobos y excluyentes; y se han dedicado a sembrar la incertidumbre, el miedo y la zozobra a quienes, como los socialistas, presentamos propuestas de futuro destinadas a ampliar los derechos ciudadanos y a resolver las demandas sociales más acuciantes de quienes han nacido aquí y también las de quienes han venido a vivir con nosotros con el anhelo de un futuro mejor. La historia siempre ha demostrado en su devenir que los radicalismos basados en el pensamiento único no son buenos y que las sociedades tienen derecho al avance y al progreso; a pesar de quienes se obstinan en todo lo contrario.

En el ideario colectivo de muchos españoles, entre los que me incluyo, aún pasean la mentira y la hipocresía, revestidos de institucionalidad, con que el Partido Popular pretendió llevarnos a las urnas el 14 de marzo de 2004 y en cuyo fracaso se encuentra el germen de una democracia mal entendida y un afán de poder desmedido con el sello inequívoco de la derecha más rancia de este país. Cuando un gobierno, un partido como el de entonces fue capaz de engañar de forma reiterada y manifiesta a todo un pueblo con el 11-M como triste telón de fondo, "¿qué no es capaz de hacer para recuperarlo ahora?". Es evidente. La respuesta se halla en el discurso practicado por sus dirigentes esta legislatura bajo el paraguas del típico modelo panfletario y represor de los derechos y de las libertades públicas conquistadas por la democracia.

Mal que le pese a la derecha conservadora, los socialistas no nos apartamos en nuestro empeño y trabajamos cada día para la consecución de más derechos, y de nuevos ciudadanos con nuevos derechos, porque sólo así, y no de otro modo, será posible la democracia en un país libre como éste que necesita aún hoy garantizar nuevos derechos a hombres y mujeres frente a la dominación, frente al poder omnímodo de algunos sectores. Sólo la sociedad que es capaz de hacer libres a sus ciudadanos reconociendo sus derechos puede conquistar nuevos espacios.

Desde el PSOE estamos preparados para afrontar los retos que España precisa y tenemos para ello un presidente del gobierno que toma decisiones y que no es rehén de nadie; que dice alto y claro lo que piensa y que no se calla ante las injusticias, las desigualdades y la exclusión. Los ciudadanos tendrán que distinguir el próximo 9 de marzo entre quienes no han sido leales con este país y se han dedicado a meter miedo, a dividir a los españoles y a enfrentar a los territorios; y el PSOE, que ha trabajado por el crecimiento económico, la igualdad, los derechos de los ciudadanos, la paz y el diálogo. Optar por los que han preferido ejercer con limpieza el poder, el poder que temporalmente delegan los ciudadanos, sin insultar a los adversarios, con lealtad a los valores democráticos, con transparencia y dialogo y asumiendo responsabilidades que es como se ejerce el poder en democracia; frente a los que pretenden violentar la política, pervertir los derechos y libertades públicas con el único propósito del desgaste a un Gobierno sensible y afectivo ante quienes más lo necesitan.Los socialistas tenemos un proyecto para todos, el proyecto que España, Andalucía y Jerez necesita y para el que requerimos la movilización de la mayoría. Es hora de que los ciudadanos y ciudadanas hablen en las urnas y rompan el silencio pactado estos cuatro años. Es la hora de la verdad. Yo tampoco me callo.